Empecé a jugar al fútbol con mis hermanos y sus amigos en el patio de la casa de mis abuelos y en la calle. ¿Qué técnica trabajábamos en aquel entonces? La de conservar la verticalidad para no terminar con los huesos contra el cemento o el asfalto.
La técnica se define como todas aquellas acciones que es capaz de realizar un jugador o jugadora, dominando y controlando la pelota con todas las superficies de contacto permitidas por el reglamento y en beneficio propio. Las acciones antes mencionadas no son otras que controles, conducciones, regates y tiros. Si en estas acciones hay dos o más jugadores, incluimos La técnica del pase. ¿Es esto cierto? No estoy para nada de acuerdo. ¿Es útil que un jugador sepa parar el balón y pasarlo a un compañero en condiciones de jugabilidad si no sabe resolver situaciones, posicionarse en el campo o dominar el gesto técnico del cuerpo mientras marca a su rival cubriendo la portería y ofreciéndole la banda pero nunca permitiéndole entrar en el área?
El fútbol nos ha acostumbrado a que la única figura que debe recibir un entrenamiento específico, sea la del portero o portera y es un grave error. Mientras la persona que defiende la portería realiza su entrenamiento con un entrenador o entrenadora aparte, el resto del equipo pone en práctica diferentes tareas que adornan el diseño de los microciclos. En dichas tareas, los ejercicios se suceden unos a otros en vistas de lo que requiere el juego. Defensas someten su actuación a lo que se supone que harán los delanteros o delanteras y los medios suelen ocupar los puestos reservados a los comodines para asegurar la posesión de la pelota. Qué error.
Es en este punto donde aparece la clave diferenciadora, esa que hará que nuestro equipo sea totalmente distinto al resto, el entrenamiento personal. Sí, has leído bien, identifico como entrenamiento personal aquel en el que el jugador o la jugadora, según puesto ocupado en el campo, trabaja de manera personal aquellas características propias del puesto. De esta manera, un defensa entrenará todo lo relevante a su puesto sin ver su trabajo socavado, influenciado o adaptado a lo que hará el rival de turno en la próxima jornada. Y dentro de lo que hace un defensa, se debe trabajar el concepto de defensa en general y luego, según su rol, se entrenará de manera específica. Por ejemplo, un defensa lateral derecho. En primer lugar, trabajará las características que debe tener un defensa. En segundo lugar, todas aquellas particularidades intrínsecas a un defensa lateral. Y en tercer y último lugar, las singularidades de un defensa lateral derecho.
Esto no queda aquí, con los medios y delanteros o delanteras, hay que hacer lo mismo, por lo que es necesario reservar un día a la semana para llevar a cabo el entrenamiento personal de los porteros, defensas, medio y delanteros. Otro de los días se deberá trabajar por líneas y terminará con el diseño de tareas grupales. De esta manera, dominando La técnica individual y poniéndola al servicio de La técnica grupal, se facilitará el trabajo táctico, la comprensión de conceptos y del modelo de juego. Todo será mucho más fácil si cada jugador o jugadora domina las características propias e innatas de su puesto y como estas, sirven al juego.
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