Mucha gente no le da la importancia que debe a la relación entre lesiones, descanso y alimentación. Especialmente las nuevas generaciones que parece que en algunos casos practican deporte de alto rendimiento sin pararse a pensar en las consecuencias del mismo, especialmente cuando no tienen un guía que les indique cómo proceden en cada paso que dan y sobre todo, en referencia a materia de nutrición.

DIETA DE UN FUTBOLISTA DE ELITE - LOS SECRETOS

Está comprobado que el tema nutricional influye radicalmente en las lesiones deportivas que se experimentan a lo largo de la vida profesional. No en vano, conocemos casos de jugadores que han sufrido repetidas lesiones en su momento y que posteriormente han admitido que su alimentación no era la más adecuada para rendir al máximo nivel.

El tema de la alimentación y su relación con las lesiones ya no tiene que ver exclusivamente con la prevención de padecer las mismas, sino con el tema del proceso de cicatrización, regeneración del tejido dañado, duración de la inflamación padecida en dicha lesión etc.  Todos los deportistas aspiran a dos grandes objetivos cuando practican su deporte: mantener la masa muscular y no aumentar la grasa corporal. Digamos que son dos mantras que todos deben tener a rajatabla grabados en su mente. Por ello, la alimentación cobra mayor importancia que nunca al respecto.

Una alimentación saludable, rica en antioxidantes y antiinflamatorios se antoja vital para un proceso más rápido de recuperación en las lesiones padecidas, por ello alimentos como las verduras, frutas, hortalizas amén de frutos secos o pescado, siempre deben estar presentes en una dieta equilibrada de un deportista. De la misma forma, mientras se está lesionado, un temor que se presenta en el horizonte (especialmente en lesiones de larga duración) es la aparición de la atrofia muscular es decir, pérdida de masa corporal debido a un largo periodo de inactividad deportivamente hablando. Para este último problema, una gran solución es ingerir alimentos ricos en proteínas, ya que dichas biomoléculas orgánicas, al estar incluidas en alimentos de tipo plástico, nos permiten fortalecer la musculatura y en general las estructuras del cuerpo.

 

Ahora viene algo sumamente clave, ya que sabemos qué hay que tomar pero no en qué cantidades (no menos importante que lo anterior). Aproximadamente y dependiendo de cada uno, un 50% debe ser alimentos tales como verduras y hortalizas, 30% alimentos ricos en proteínas y finalmente un 20% los que son ricos en carbohidratos (véase arroz, pasta, pan, cereales etc.) Estos últimos dan un aporte de energía inmediato al organismo y son un buen complemento junto a los anteriores, aunque no obstante no deben rebasar a los alimentos proteicos o vitamínicos.  Y hablando de vitaminas, ni que decir tiene que son fundamentales para evitar lesiones y/o mejorar el proceso de recuperación de las mismas (por ejemplo algunas como la vitamina D tiene un papel clave en la salud cardiovascular o en la regeneración muscular tras una lesión). Para poder tener buenas reservas de dicha vitamina se recomienda siempre la ingesta de pescado azul, huevos, lácteos y pocos alimentos procesados.

Ha quedado claro que la alimentación y las lesiones están íntimamente relacionadas, pero de la misma forma el descanso es algo fundamental. Sin un descanso adecuado no hay un correcto proceso de regeneración celular, digamos que nuestras células no se recuperan del esfuerzo realizado y la cantidad de oxígeno en sangre se ve ligeramente reducida en algunas ocasiones.

Descanso y alimentación. Alimentación y descanso. Debería ser un lema frente a las lesiones deportivas. No en vano, somos los que comemos.