Diego Martínez en la puerta de los entrenadores. Fuente: marca.com












Lo de la temporada pasada fue saborear las mieles del olimpo. Un equipo que empezó cual hormiga poco a poco recolectando puntos durante todo el curso futbolístico. Lo primero era asegurar una permanencia muy necesaria para la viabilidad del club, para la estabilización del proyecto de Diego Martínez.

                             Sin embargo, el día a día trajo su recompensa al final con una clasificación para la previa de la Europa League. Un triunfo del equipo sin duda alguna. Diego hizo una pandilla de amigos y le salió Europa en el boleto ganador.

 Esta temporada el club respiraba estabilidad. Una palabra que muchos aficionados del Granada no recordarán en los últimos años, con subidas y bajas constantes entre la primera y segunda división. El almirante Martínez decidió continuar en el barco nazarí gracias a la confianza en sus comandantes de abordo (Monterrubio y Fran Sánchez) unos magos en la sombra que han logrado fichar bien y con lógica, algo que por desgracia no se veía desde hace tiempo (véase los casos de Piru o Manolo Salvador).

 

Luis Javier Suárez, un guerrero del gol. Fuente:colombianos.com

 











Diego es el eslabón clave en este equipo, el ancla sobre el que se sustenta el club y por supuesto los marineros. Unos marineros a los que esta temporada se han unido otros que han costado dinero pero que son uno más en la plantilla. Aquí no hay privilegios, el equipo está por encima de todo y todos son importantes.

Después de un inicio fulgurante y de ocupar los primeros puestos de la clasificación, el Granada logró superar la previa y acceder a la fase de grupos. Muchos decían, bueno ya está todo conseguido ahora a disfrutar del PSV, Omonia y PAOK y ya está. Pero después el Granada pasó de la fase de grupos y ahora le visitará un tal Nápoles donde jugó otro Diego, un pelusa enamorado del balón. Y así sucesivamente. Este equipo ha ido a más pero ahora mismo la sensación es de prudencia y al mismo tiempo de “no tenemos techo” Luis Javier Suárez Dixit. Diego siempre está para calmar los ánimos cuando algunos tendemos a creer más de lo que somos, pero esta tropa de marineros ilusiona, no de ahora, sino de hace mucho tiempo. Y eso que el barco ha luchado contra viento y marea. Una marea COVID que asola el mundo en el que vivimos y que el Granada no ha sorteado tampoco, azotó el timonel desde aquel fatídico encuentro contra la Real Sociedad. Una más de Tebas, una cacicada en toda regla. Pero ahí estaban los juveniles para luchar de tú a tú contra toda una Real Sociedad que, aunque acabó venciendo, no dominó. Una vez más pundonor y raza: puro ADN Diego Martínez. Desde ese momento el barco sufrió durante un tiempo pero desde hace unas semanas ha recuperado velocidad de crucero y vuelve a surcar los mares con más ilusión que nunca.

Si falta Gonalons ahí está Montoro. Si falta Montoro está Milla. Si falta Soldado pues Molina, si falta Duarte, Vallejo y Nehuén. Etc. Es un muro blindado construido ante las adversidades. No hay dolor, no hay sufrimiento, no hay tiempo para lamentarse en las derrotas. Firmes y por supuesto haciendo honor al lema del club… ante todo, eterna lucha.

Fuente: el español