CESPED EUROPEO – La Perseverancia
Los samuráis eran guerreros de clase baja en la antigua jerarquía feudal japonesa, inferiores a los nobles y que estaban preparados para luchar hasta la muerte por su shogun, a quien le juraban lealtad eterna. Tenían un estricto código de conducta llamado bushido y antes del combate, un samurái gritaba su nombre y el de sus antepasados, alardeaban de sus hazañas heroicas mientras en la batalla, luchaban cuerpo a cuerpo, utilizando a veces dos espadas al mismo tiempo. Si era derrotado o capturado por sus enemigos, tenía que realizar un ritual de suicidio (haraquiri) para salvaguardar su honor.
«No me quedo solo con el pase a semifinales, lo que ha ocurrido hoy es más importante que eso. Hablo de valores de los que hoy en día cada vez hay menos en la sociedad», comenzó el argentino. «En nosotros hay todo un grupo de gente, dirigentes, utileros, futbolistas e hinchas que están encolumnados en una línea. Podremos ganar o perder, pero creemos en los valores que tiene la vida y en que los podemos volcar en el juego. Hemos ganado un partido tremendamente difícil y ha sido muy lindo», continuó Simeone. «Estoy orgulloso de habernos encontrado con un grupo de pibes fantásticos que responden a lo que tienen en la vida: el respeto, el no dejar de intentarlo, la perseverancia en las dificultades, levantarse, insistir, competir… Antes de salir al campo les dije: ‘Ustedes tienen grandes valores como personas así que transmítanlos al juego y este se lo va a pagar», añadió. (Simeone: «La vida es esto: levantarse, insistir y competir», El País – Abril 14/2016).
No, no me gusta Simeone. Lo reconozco. No sé si esta sea la vencida. No sé si esta vez el equipo del Cholo se quede de nuevo con las manos vacías. Lo que si se, es que el técnico argentino está en el lugar correcto, con los hombres correctos y en el momento correcto, el coctel perfecto para ir por la Champions con un cuadro que ya ha pagado su piso; el cholismo enmarca una filosofía de vida, una forma de encarar la realidad, una corriente efectiva, llana y simple que aboga por la fe, por el esfuerzo y sobretodo, por no olvidar que el trabajo paga. Siempre con la cabeza bien alta, siempre con el orgullo a flor de piel, siempre con lágrimas de coraje y siempre con el sudor del guerrero; así le ganaron una liga a los dos más poderosos, así alcanzaron una final de Champions, así fueron campeones de Copa y Supercopa de España, así ganaron una Europa League y una Supercopa de Europa. Con esa misma mística se ha cargado al campeón de Europa, al once de la MSN, al temible Barcelona que hasta tan solo unas hora atrás era el superfavorito de las apuestas.
Es verdad, este grupo de samuráis leales al argentino no es el once más encantador para ver jugando, pero el futbol tiene una paleta de colores diversos que más allá de que te gusten o no, también son válidos y tienen mucho valor. Construir un conjunto que siga la doctrina de su líder y tenga una fe ciega en ella es algo digno de admirar, militarizar a un grupo de jugadores estrellas en sus anteriores clubes de manera que dejen a un lado sus egos hasta el extremo de convencerlos que los colores son lo más sagrado y que los presupuestos estratosféricos solo son números de portada, no es algo que logre cualquiera. No, no me gusta Simeone pero sería una completa estupidez desconocer la bestia competitiva en la que ha convertido al Atlético, este equipo no es el mejor ni el más completo, todos los sabemos, pero esta plantilla no sabe rendirse, este onceno es una verdadera lección de vida al caerse y levantarse constantemente. Siempre he dicho que el futbol no es de merecimientos pero si alguien merece la Champions, es este equipo. El del Cholo.