Jugadores del Granada, tras caer en su feudo derrotados.
Ser abonado o socio de un equipo de la Liga BBVA, según de qué equipo, marca una gran diferencia, la diferencia de sufrir durante 90 minutos en la grada, partido tras partido. De esto bien entienden los aficionados de los equipos que año tras año, se disputan la permanencia hasta la última jornada. La afición del Granada es más que experta en ello, ya que en cuatro temporadas completas en la Liga BBVA, tres de ellas se ha salvado en la última jornada. A pulso de reloj y transistor en mano, en una temporada no apta para cardíacos.

El haberlo conseguido año tras año, teniendo en el equipo alrededor del 70% de la plantilla cedida, no desmerece en absoluto. Contar cada temporada con más de medio equipo nuevo, supone una dificultad añadida. Engarzar una mayoría absoluta de piezas nuevas, en una maquinaria que cada temporada empieza totalmente de cero, ha supuesto año tras año una dificultad que ha costado el paso de más de un entrenador por temporada. La temporada pasada pasaron nada más y nada menos que tres entrenadores por el banquillo rojiblanco. Todo un polvorín.

Sandoval, emocionado tras lograr el milagro de la salvación.
Tras el agónico final de la pasada temporada, en el que la grada vio como su equipo estuvo con pie y medio en la Liga Adelante tras una más que nefasta temporada, la afición espera al menos salvarse con menos apuros y sufrimiento esta temporada. Para ello la afición deposita todas sus aspiraciones y su confianza en el técnico rojiblanco, Jose Ramón Sandoval, quien fue el artífice del milagro conseguido la pasada temporada. Aunque visto lo visto hasta ahora, el aficionado rojiblanco va a tener que sufrir al menos una temporada más.




Artículo realizado por David Jesús García Leyva (@DavidGLeyva).