El tamaño no lo es todo o por lo menos no lo es todo en lo que al fútbolse refiere. La historia está plagada de futbolistas de una estatura reducida y que han sido grandes estrellas. Maradona, George Best, Romario, Roberto Carlos son jugadores que ninguno de ellos alcanzaba los 1,70 metros.
El fútbol premia a los hombres con poca estatura es algo anatómico. Las personas bajas muestran una mayor velocidad y coordinación que las que no lo son. Por lo tanto, aplicando esas características a un rectángulo de juego, ese tipo de jugador tiene, generalizando, una tendencia a poseer una mayor hablidad con un balón en los pies que una persona de una estatura elevada. El centro de gravedad también es más bajo e influye positivamente en los cambios de dirección que se pueden realizar cuando un jugador se enfrenta a las defensas contrarias, plagadas en la mayoría de los casos de individuos que superan con facilidad el 1,80 de estatura y a los que les cuesta competir en velocidad y recuperar la posición con facilidad.
La posición habitual en la que se desenvuelven este tipo de futbolistas viene determinada por dos zonas fundamentales. Son ubicaciones en las que precisamente la velocidad es un arma muy a tener en cuenta. La línea atacante es una de ellas, donde ese tipo de jugador puede llegar con relativa facilidad a los balones en profundidad, idóneo para dibujos tácticos en los que se pueda contragolpear con facilidad e incluso habilidad para trabajar en la presión con eficacia además de poder desequilibrar en el desborde.
La otra posición idónea en la que se desenvuelve un jugador de pequeño tamaño es en los laterales por las mismas cualidades en las que nos apoyábamos para actuar en la faceta atacante. Para contrarrestar a los jugadores habilidosos y rápidos que juegan pegados a banda en el equipo contrario, la velocidad del lateral es fundamentaly muy importante.
Pablo Piatti, jugador del Valencia (Foto de As)
Hay jugadores de poca estatura que han destacado en otras posiciones distintas a estas dos, pero esa brillantez no viene determinada por cualidades asociadas a la altura sino por otras de carácter individual como la agresisividad, excelente técnica individual o manejo de la pelota. En el fútbol actual hay posiciones específicas como el centro de la defensa y el pivote donde la corpulencia y el físico desempeñan una importancia extrema.
Trasladando estas teorías a la temporada actual de la Liga BBVA que acaba de comenzar, podemos comprobar su cumplimiento en el futbolista más pequeño, que no es otro que el valencianista Pablo Piatti con 1,63 metros. Jugador rápido e incisivo que se mueve por toda la zona de ataque en busca de la espalda de los defensas rivales.Tras Piatti se encuentra su compañero de equipo, el belga Bakkalicon 1,64 metros, jugador igualmente que se mueve por posiciones ofensivas y con gran proyección. El tercero es el costamarfileño Boka,perteneciente al Málaga y que se sitúa en el lateral con 1,66 metros.
Esto demuestra la teoría del jugador de poca estatura que se mueve defensivamente en la banda y ofensivamente por casi toda la zona de ataque.
El fútbol tiene la virtud de premiar a unos y a otros. Velocidad, potencia, inteligencia, calidad o rigor táctico son ponderados, mientras que la estatura se convierte en una pura anécdota. De no ser así el propio Messi o el mismo Maradona no podrían haber triunfado dentro de un rectángulo de juego.
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