CESPED EUROPEO – Suicidio colectivo
Desde que HTC lanzo el M7, mucha agua corrió bajo el puente.  El que fuera el mejor teléfono del MWC 2013 no ha logrado superarse a sí mismo y desde allí, todo han sido errores para la compañía taiwanesa; lanzaron el HTC One M8 con un diseño calcado y repitiendo fallas mientras el HTC One M9, venia con problemas de sobrecalentamiento y una cámara nefasta.  Todo esto golpeo sus estados de cuentas y ahora HTC ha anunciado que espera un déficit operativo de 5,140 millones de dólares taiwaneses, unos 970 millones de euros al cambio y una pérdida neta de unos 236 millones de euros, si tenemos en cuenta los impuestos.  El panorama se torna oscuro.
Existen muchas formas de limitar el juego de un onceno, porque reciba una anotación tempranera, la expulsión de alguno de sus jugadores claves, un penal mal sancionado, una jugada de gol invalidada y hasta por el estado del césped.  Chile venció a la Argentina de Messi y se quedó con la Copa América, los australes se llevaron el torneo con un esquema en el que Sampaoli juntó a sus estrellas como un gran bloque, demostrando que muchas veces el talento de uno solo no basta para resolver los problemas y que en algunas ocasiones, el máximo artista termina condicionando el funcionamiento de equipo.  Esta vez, la estrategia venció a la genialidad.
El Yin. Cuando Colombia se alistaba para Brasil 2014, la duda era si Falcao lograría llegar al máximo torneo de selecciones después de la rotura del ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda y tras casi cinco meses de recuperación, finalmente el Tigre fue descartado por Pekerman.  En ese momento era impensable pisar tierras brasileñas sin el máximo exponente del futbol cafetero y cuyos goles lo convirtieron en el principal protagonista de una espectacular eliminatoria suramericana.  Pero la Colombia del mundial descresto a propios y extraños, ya no había vedettes para quien trabajar y el técnico argentino conformo un humilde once con buenos jugadores que rendían en clubes medianos de Europa.  El colectivo prevaleció sobre una figura individual.
El Yang.  Neymar ha dejado dos veces a su selección, en los cuartos de final del pasado Mundial lesionado por una dura entrada del lateral colombiano Camilo Zuñiga y en Chile se inmolo durante el encuentro contra Colombia al propinarle un balonazo a Armero que desemboco en una gresca donde paso de todo.  La cuestión es que al igual que la cita en la tierra de la samba, Brasil  perdió a la estrella del Barcelona y no encontró el camino, su futbol se desvaneció diciendo adiós a ambas competiciones.  El equipo brasileño se quedó sin ese hombre diferente, sin el crack que le salvaba los muebles a Scolari, a Dunga y que gracias a sus goles, disfrazaba la pobreza de un futbol que ha caído en desgracia y que se aferra a su ídolo, como náufrago a su tabla.  La única verdadera voz cantante que sostiene a una orquesta marchita que añora los brillantes tiempos de antaño.

Tanto HTC como la selección argentina creyeron que tener la máxima estrella las garantizaría el futuro. La pregunta ahora es, debe Argentina tomar el sendero para potenciar su filarmónica o insistir con un solista que define y deslumbra en suelo europeo pero que se evapora como el agua de verano cuando pisa otros continentes vestido de albiceleste.  La selección de Martino no muestra un funcionamiento colectivo convincente si el extraterrestre no resuelve, se tiende a pensar que con su sola presencia el tema está solucionado y ninguno de sus técnicos se preocupa por diseñar un plan B.  Dos finales seguidas, ninguna celebración y el sabor amargo, permanece.