Gabi, en el encuentro de ida de los octavos de Champions frente al Bayer Leverkusen (Foto: clubatleticodemadrid.com)
Aunque no rectificaría una sola coma del artículo escrito hace un par de semanas sobre los objetivos de Diego Pablo Simeone en el Atlético, creo que a nadie escapa que las prestaciones de la temporada del Atlético están siendo sensiblemente inferiores a las de años pasados.
Cierto es que, debido a la marcha el pasado verano de algunos jugadores clave, el equipo se está teniendo que adaptar a una nueva forma de jugar. Pero no es menos cierto que el equipo echa menos a ciertos jugadores que no están(Courtois, Filipe, Costa) y a otro que sí está en la plantilla pero cuyo desempeño es notablemente inferior (Gabi).
Empezando por los que no están: aunque Moyá está haciendo una buena temporada (aunque va de más a menos), la sombra de Courtois es demasiado alargada. Y lo seguirá siendo durante muchos años en el Calderón.
La ausencia de Filipe, sorprendente suplente en el Chelsea y dicen que deseando volver a Madrid, es también muy relevante: no es sólo que tuviese la influencia que tenía en el juego de ataque del equipo, algo sorprendente en un lateral (Marcelo es otro buen ejemplo); es que, no nos engañemos, la principal opción para sacar el balón jugado desde la defensa que tenía el Atlético era la conexión Filipe – Koke en banda izquierda: de ahí partía gran parte del juego Atlético.
Filipe Luis y Koke, durante un entrenamiento del Atlético el pasado año (Foto: clubatleticodemadrid.com)
Y luego está el asunto de la presión y la intensidad dentro del campo, características que han sido santo y seña del Atlético desde que llegó Simeone. Dos jugadores claves en este aspecto el pasado año: Diego Costa y Gabi.
Diego Costa marchó también este verano atraído por los millones de Roman Abramovic y el problema de su ausencia no es tanto de la cantidad de goles (Griezmann y Mandzukic lo están supliendo de forma más que notable en ese apartado) sino de la presión que ejercía, como primer defensa, en la salida de balón del contrario.
Y Gabi… Todavía sigue en la plantilla pero su bajada de rendimiento con respecto a años anteriores es más que notable. Y esto lo nota mucho el equipo. Cuanto Gabi no está a su nivel, el equipo se resiente, lo nota mucho. Gabi es la prolongación de Siemone en el campo, es la presión personificada. Comentaba en este mismoportal hace más de un año que, pese a toda la calidad que atesoraban muchos miembros de la plantilla atlética, uno rezaba todos los días para que Gabi no tuviese una lesión de importancia.
Y no, no ha tenido una lesión. Pero mucho me temo que la investigación sobre los supuestos amaños del partido Levante – Zaragoza, en el que está implicado,están influyendo mucho en su ánimo hasta el punto de no ser, ni de lejos, el jugador que fue hasta el pasado año.
Circulan rumores de que, finalmente, será condenado en las próximas semanas; esto, sospecho, supondría el final de su carrera futbolística. Duro trabajo tendría Simeone para reemplazarlo.
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