Los teléfonos de las oficinas de Martiricos echan humo estos días y el trabajo de la dirección deportiva y la secretaría técnica no cesa. Tras las vacaciones navideñas, el club se puso las pilas para reducir el gasto salarial de la plantilla y logró ceder a Pablo Pérez a Boca Juniors y la venta de Roque Santa Cruz al Cruz Azul mexicano. Una operación que le reportará un beneficio aparte del ahorro de la ficha del paraguayo, que era la más alta de la plantilla.
Pero las lesiones en la defensa y la poca seguridad mostrada por Angeleri, hizo que el club se pusiera manos a la obra para cerrar la primera y, hasta ahora, única incorporación en el mercado invernal. Llegó el bielorruso Egor Filipenko procedente del Bate Borisov, donde había jugado en la Champions. Un central alto, que va bien en el juego aéreo y rápido al cruce. De momento no ha debutado pero se espera que lo haga muy pronto, ya que Sergio Sánchez y Weligton siguen lesionados.
Pero hay más necesidades en la plantilla que hay que reforzar. La delantera es donde se centran todas las miras y más aún después de la marcha de Santa Cruz. El club tiene casi finiquitada la cesión del delantero veleño Javi Guerra procedente del Cardiff City. Un jugador por el que se interesó la dirección deportiva la temporada pasada (acababa contrato con el Valladolid) pero el equipo galés le ofreció un contrato al que el Málaga no pudo ni siquiera acercarse. Ahora, tras no entrar en los planes de su técnico, está más que factible su llegada al equipo de su tierra.
El jugador ha ordenado a su agente que haga caso omiso a toda propuesta que no sea la del Málaga. Javi Guerra quiere volver a su tierra y con 32 años cree que es el último tren para hacerlo. Goleador nato, desea recuperar sensaciones en su sitio, con su familia y amigos. Faltan algunos flecos económicos para que la operación se cierre. Aunque el fichaje no peligra, en el club quieren ser cautos hasta no tener firmados todos los documentos.
En el lado de las bajas, también hay una que está a punto de cerrarse. Portillo está muy cerca de marcharse a Heliópolis para vestir la zamarra verdiblanca. El acuerdo entre los clubes fue muy rápido y fácil, Husillos y compañía ven en el Betis un gran escenario para que Portillo pueda disfrutar de minutos. Mientras, en el Benito Villamarín, Pepe Mel ya ha confesado que le encantaría tener al mediapunta paleño a sus órdenes y dotar de más calidad la zona de tres cuartos para lograr el ascenso a la Liga BBVA. Pero todo está en las manos del jugador. Ya rechazó en verano una salida hacia Elche a última hora cuando ya estaba todo acordado y, con este precedente, nadie quiere dar nada por hecho hasta que el paleño estampe su firma.
Otros jugadores que también están en la rampa de salida son Casado y Rescaldani. Sobre todo el delantero, ya que Javi Gracia está muy contento con el trabajo del lateral zurdo y poco a poco va recuperando la forma después de su larga inactividad. Por Rescaldani hay ofertas de Argentina, Europa y alguna que otra de Segunda. El club y el técnico prefieren una cesión a un club español para que se adapte mejor al juego de aquí pero todo dependerá de las ofertas que lleguen. Lo que parece claro, es que su salida se va a realizar.
La buena noticia en el capítulo de salidas es que parece que no habrá sorpresas como las que hubo temporadas pasadas. Camacho, Sergi Darder o Amrabat, todos ellos están atados y bien atados y hasta verano vestirán la elástica blanquiazul. Semana de trabajo intenso en La Rosaleda buscando mejorar, más aún si cabe, la gran temporada que está realizando el equipo.
El club está a punto de cerrar la salida de Portillo hacia Heliópolis y la llegada del delantero veleño Javi Guerra. El club también le busca un destino a Casado y Rescaldani.