13 jornadas de Liga, se dice pronto.  13 partidos han transcurrido ya en este “maratón” que afrontan los equipos de la LFP por múltiples y variados objetivos. Y entre los pacientes de la Liga representados por los 20 clubes españoles, uno de ellos da síntomas negativos…o mejor dicho no da síntoma alguno.

Encefalograma plano para el Granada de Joaquín Caparrós. Esa es la situación actual de paciente rojiblanco que tras 13 consultas para registrar un chequeo sanitario, muestra un balance más que peligroso: 3 puntos de los últimos 27 posibles. 6 goles a favor (en toda Europa sólo el Atalanta ha metido menos goles que el Granada a estas alturas). Pero lo importante es que el equipo “sabe competir” ¿Verdad Sr.Caparrós?.

Idolatrado el míster utrerano al inicio de la campaña, el cirujano contratado por el paciente sabía responder a las expectativas y dotaba de un oxígeno imprescindible al paciente con un gran comienzo de Liga (Victorias ante Depor y Athletic, empates ante Elche y Villarreal). Una pena que esa vitalidad tocara fin en el templo de San Mamés

Desde ese momento el paciente no ha vuelto a ver la luz en forma de tres puntos, no ha vuelto a dar señales positivas en cuanto a juego, no ha vuelto a tener ilusión en lo que hace, no ha vuelto a haber orden y cordialidad entre míster&jugadores. Derrota a derrota (fiel frase Cholista aplicable a este Granada Caparrosiano) y recientemente empate a empate…menos el último bofetón ante el Sevilla. Porque lo de ayer era esperable dada la situación clínica del paciente (sin mejoras ni a corto ni a largo plazo) pero lo inesperado fue la contundencia del “trombo sanguíneo” al corazón nazarí: goleada en forma de pinchazos cardíacos y lo que es peor, malas, muy malas sensaciones.

¿Cuáles son los responsables de este estado catatónico del paciente? La respuesta: todos (menos una afición que bastante aguanta jornada a jornada, chequeo a chequeo con sufrir una agonía dolorosa en forma de paupérrimo juego, falta absoluta de identidad, compromiso y goles). El director de orquesta Joaquín Caparrós merece capítulo aparte.

Don Joaquín Caparrós, el entrenador con “más caché” de los últimos tiempos en la ciudad de la Alhambra. El paciente confió en un cirujano sevillano experimentado en las operaciones vida-muerte a lo largo de sus años de experiencia en la Primera División, o quizás fue «segundo plato» porque falló el principal: Paco Jémez.Sorprendentemente y por desgracia para el paciente, el cirujano se ha estrellado. Decisiones inexplicables al confeccionar los onces de los partidos (Sissoko es el ayudante inexperto en esta categoría medicinal llamada Primera) y dejando minada la confianza de los pocos hombres de calidad de este Granada tales como Córdoba, Rochina o Márquez(los dos últimos ahora lesionados para más Inri). Dice el cirujano que el paciente compite contra la enfermedad, pero la realidad es que sus intervenciones quirúrgicas han sido, como se suele decir, peor el remedio que la enfermedad en sí misma.


Posiblemente el cirujano acabe siendo despedido para paliar la agonía del paciente, pero sin embargo la solución ya no radica sólo en eso, pues el problema es de raíz, de corazón. Y para ello nos remontaremos al verano 2014 donde el corazón del paciente representado en su presidente Quique Pina y en menor medida su director deportivo Juan Carlos Corderopensaba que gozaba de buena salud. Y lo mejor de todo…pensaba que con poca energía (económica) podría aguantar otro año más de vida en la Primera división. Fichajes “Coste 0″.Rápidamente nos acostumbramos a ello, pero por desgracia esos antibióticos baratos del montón en su mayoría, o no dan el rendimiento esperado o simplemente el cirujano ha pasado olímpicamente de ellos sin, al menos, intentar demostrar que pueden ser efectivos para ayudar al paciente. 


Es lo que tiene no implicarte, es lo que tiene no querer gastar demasiado y querer después milagros…y los milagros no, no existen. Lo que existe es el trabajo, la buena confección de una plantilla desde verano (y no desde Enero como siempre y ahora volverá a pasar), el buen ojo de un director deportivo que por desgracia Cordero no representa de ninguna de las formas, la implicación de jugadores que brilla por su ausencia, un entrenador con “cabeza” y no “cabezón” (nótese la diferencia) con sus ideas y la plantilla que le han preparado los de arriba. Y por supuesto una palabra: compromiso. Compromiso de todos con una afición que no merece el esperpento de temporada que su equipo le ha ofrecido. 



Después de todo esto…

¿Resultado?: estado crítico del paciente.
¿Posibilidad de mejora?:Poco probable…salvo intervención quirúrgica realizada por un cirujano que cuadre con las características del paciente y, aporte energético/económico en Invierno en forma de antibióticos más fuertes para reforzar el sistema inmunológico nazarí.

Porque ahora mismo al paciente no le llega la sangre al corazón ni a los tejidos vitales…está en unalarga, agónica y prolongada Isquemia, que amenaza su vida en la Primera División.

Tic, tac.