En 1986 el modesto Wimbledon FC (el cual solo llevaba 21 años como club profesional) lograba ascender por primera vez a la primera división del fútbol inglés, un hito que fue celebrado por los aficionados del club con una invasión de campo. Cuando la prensa le preguntó al técnico, Dave Bassett, sobre esto, este advirtió al resto de Inglaterra que «los únicos hooligans de este equipo son los jugadores». Desde ese día, un club que había pasado sin pena ni gloria por la historia del fútbol inglés, dejó durante década y media al fútbol inglés en shock, y del que hoy en día se sigue hablando.  

¿Pero qué hacía tan especial al Wimbledon? Bien, para explicarlo vamos a poner un ejemplo mas reciente del fútbol inglés como es el Stoke City de Tony Pulis, un equipo que buscaba aprovechar todas las jugadas a balón parado (a tal punto de llegar a convertirse en un referente a la hora de convertir los saques de banda en ocasiones de gol), que anotaba goles en jugadas rocanbolescas llenas de rebotes, y que buscaba anular el juego de sus rivales a toda costa. Pues bien, se podría decir que este Stoke es la Holanda de Cruyff comparado con el Crazy Gang (la banda de los locos, como se conocía al Wimbledon en aquella época). Bobby Robson llegó a describir los goles del Wimbledon como «tristes, miserables, pero eficaces». Lineker llegaría mas lejos al decir que «es mejor ver al Wimbledon en el teletexto que en el campo». 
Sin embargo, la fama del Wimbledon no se debía solo a su fútbol rácano (el cual al fin y al cabo es del gusto del consumidor) sino por la mezquindad de sus jugadores, en donde destacaba un tal Vinnie Jones que llegó al club tras el ascenso de 1986. En esa primera temporada en la élite, el Wimbledon logró una meritoria sexta plaza mientras que Jones provocó que el futbolista del Tottenahm, Gary Stevens, tuviera que dejar el fútbol. La leyenda del Wimbledon usaba todos los trucos habidos por haber (dando igual que fueran lícitos o no) con la delicadeza que solo una bestia de metro noventa tal y como se puede ver en la foto con Gaiscoigne. La fama de Jones llegó a ser tal que tras dejar el fútbol comenzó una carrera en el mundo del cine que todavía continúa. A pesar de todas las polémicas que le rodeaban, Jones llegó a militar en equipos como el Leeds o el Chelsea (logrando en este último el record a la expulsión mas rápida de la historia del fútbol inglés. 3 segundos). Dennis Wise también fue uno de los grandes iconos de los primeros años del Wimbledon, y aunque su brillante talento le hizo acabar convirtiéndose en una leyenda del Chelsea, lo aprendido en Wimbledon le permitió morder a Savio y a Marcelino en respectivos choques europeos ante Real Madrid y Mallorca. 

El Wimbledon lograría un hito todavía mas grande que el de permanecer en la élite durante varios años, y es ganar la FA Cup del 88 en Wembley frente al Liverpool. El resultado fue de 1-0, y como no podía ser de otro modo, el gol llegó de cabeza en una jugada a balón parado en la Lawrie Sánchez remató de cabeza un centro de Dennis Wise. El Liverpool tendría opciones de empatar cuando Aldridge lanzó un penalti a favor de los reds. Sin embargo Beasant detuvo el lanzamiento. El Wimbledon con sus armas había vencido al todopoderoso Liverpool algo que mucha gente todavía trata de explicarse. La hazaña del Wimbledon duró 14 años cuando la liga inglesa ya se había convertido en la Premier League y los jugadores extranjeros poblaban el campeonato. El club acabó desapareciendo cuatro años después convirtiéndose en el Milton Keynes Dons, que junto al poco después fundado, AFC Wimbledon, tratan de igualar el legado de su predecesor desde las divisiones inferiores.