Marcelo es un lateral izquierdo con grandes habilidades de extremo. Probablemente, es un carrilero clásico de gran recorrido y velocidad. Esta temporada en el Real Madrid ha sido «Jugador 11 y Medio», decisivo en la final de Champions por ejemplo. Sus problemas físicos unidos al gran rendimiento de Coentrao, lo alejaron de la titularidad durante gran parte de la temporada. Sin embargo, su rol en la selección es completamente diferente y está llamado a ser un actor principal en Brasil.

Marcelo disfruta mucho en ataque, tiene gol, regate y una capacidad técnica impresionante; en defensa, tiene su talón de Aquiles por su falta de vocación defensiva. Las carencias defensivas se minimizan en la selección brasileña porque Luis Gustavo o Paulinho hacen la cobertura a las subidas de Marcelo. Además, tiene otros dos guardaespaldas de kilates: Thiago Silva y David Luiz. Por lo tanto, en Brasil, Marcelo es Marcelo en estado puro, aprovechando su libertad para crear desequilibrio por la banda izquierda. Además, su capacidad goleadora es otro hándicap con el que cuenta Scolari.

En este momento de la historia aparece Neymar. Los dos jugones se benefician rendimiento de los virtudes del otro. Las defensas rivales se centran en Neymar, provocando más espacio para las incorporaciones de Marcelo. Por otro lado, la profunidad de Marcelo puede regalarla asistencias de gol para Neymar. Son piezas claves en el sistema de Scolari, obsesionado por crear una muralla en el centro y otorgando un papel vital a la subida de sus laterales: Dani Alves y Marcelo. Marcelo llega fresco de piernas y no tiene la acumulación de partidos que sufren otros jugadores.

El papel de Marcelo puede ser determinante en este Mundial de Brasil. Su talento tiene el mejor escenario para brillar a nivel individual. Hoy tiene un examen muy duro en defensa, tendrá que intentar frenar al rapidísimo Alexis Sánchez. Su batalla en ataque tampoco será facil, intentará sorprender a Isla, jugador con gran rendimiento en la Juventus. Llegó la hora de Marcelo, no estarán los focos pendientes directamente de él, pero puede ser la llave del triunfo para Brasil.