El 7 de abril de el presente curso se cumplieron 10 años de la histórica remontada que el Deportivo de la Coruña endosó al AC Milan en los cuartos de final de la Champions League de 2004. Para ponernos en situación, el conjunto por aquel entonces de Javier Irureta salió derrotado por 4-1 en la ida jugada en San Siro, con lo que para clasificarse para ser uno de los cuatro mejores equipos de Europa debían llevar a cabo una gesta recordada en la histora del fútbol.
Y así fue, el «Super Depor», con jugadores como Fran, Pandiani, Víctor Sánchez o Molina en la portería logró vencer por 4-0 el partido de vuelta en Riazor, lo aún hoy se recuerda como uno de los momentos más especiales en la memoria deportivista. En cambio, uno de los rivales de los coruñeses en aquella eliminatoria y actual jugador del Juventus F.C., Andrea Pirlo, se ha preocupado más por desprestigiar aquella hazaña que por reconocerlo como todos lo recordamos, un mito.
El centrocampista italiano ha descrito en su autobiografía aquel suceso como un encuentro en el que «perseguíamos sombras, eran misiles y estaban en todas partes. No tengo ninguna prueba, por lo que no es una acusación, es simplemente un pensamiento desagradable. Por primera y única vez en mi vida me pregunté si la gente con la que compartía el terreno de juego podía haber tomado algo». Estas son sólo algunas de las declaraciones que ha hecho Pirlo, y es algo que ha chocado en el mundo del fútbol, recibiendo la respuesta lógica del entorno deportivista recomendándole recuperar la humildad viendo nuevamente las imágenes del encuentro.
No voy a seguir mencionando declaraciones, porque podría hacer un artículo eterno. Es indudable el error que comete el astro italiano con sus palabras, y son especialmente sorprendentes al venir de una persona como él. Sin conocerlo personalmente ni muchísimo menos, la imagen simple y de ser un tipo con clase y talante me hace hallar contradicciones terribles en semejante falta de humildad. Los hechos son los hechos, y como bien dice Fran, capitán en aquellos tiempos gloriosos para el Depor, no porque un equipo te pase por encima de esa manera has de dudar de su deportividad.
De hecho hace pocas semanas ví en Fiebre Maldini, programa más que recomendable para el fanático del fútbol, una entrevista al propio Pandiani, progagonista en aquel duelo, hablar de aquellos momentos como si los estuviera viviendo mientras hablaba. La sensación que daba era cualquiera menos la de haberse dopado en ese partido, recordaba detalles con exactitud incluso se notaba la emoción que vivieron él y todos sus compañeros con la gesta.
Precisamente Pirlo, un jugador con experiencia en las mejores competiciones futbolísticas del mundo, debería saberlo puesto que sin ir más lejos, España le endosó un 4-0 a su selección en la final de la Eurocopa de 2012, y por su absurda regla de tres los nuestros iban también dopados. Seguramente el baño en cuanto a juego fue igual al de aquel Depor o superior, y no se ha visto ninguna declaración al respecto. Y esa será una de tantas derrotas duras que Pirlo como jugador habrá recibido, igual que las habrá vivido desde el otro papel, el de ganador, pero es inexplicable que una jugador de su talla pueda hacer una mención así.
Por ello, lo que saco como conclusión es una falta tremenda de humildad en un momento de su carrera en el que él aún era joven, y que indudablemente no ha sabido superar a pesar de tener ahora la experiencia de 10 años de carrera encima. Me sigue pareciendo un jugador sublime, pero desde ahora, igual que a muchos de nosotros, me ha decepcionado como persona. Ojala sepa rectificar.