Cuando en verano se marchó el francés Jérémy Toulalan, todos pensaron que en el centro del campo malaguista se dejaba un enorme agujero. Para paliar su baja llegó el argentino Fernando Tissone.

La realidad es que ni en la época de Pellegrini, la mejor en la historia del club, el Málaga tuvo un centrocampista de toque tan necesario en el fútbol moderno. Por eso se optó por un jugador más defensivo que tuviese buen manejo del balón.

Tras su inicio bastante prometedor, dónde incluso se le llegó a comparar con el francés, Tissone ha visto como su rendimiento caía como un plomo. La pasada jornada ante el Valladolid, fue sustituido por Pablo Pérez en la segunda parte y el público de La Rosaleda le despidió con una sonora silbada.

‘Tisso’ ha reconocido en varias ocasiones que su posición siempre ha sido la de mediocampista ofensivo, con llegada de gol. Pero la realidad es que ni en Mallorca ni en Málaga ha exhibido ese talento. Su trabajo defensivo suele ser bastante bueno pero carece de ese toque que tanto reclama Schuster.

A pesar de todo esto, para el técnico alemán es un jugador fijo en el once titular y, salvo lesión o sanción, siempre juega. Este jugador que presume de ser el primer argentino de la historia en debutar con 18 años en la Serie A italiana, se crió en las filas del Udinese. Pero el jugador nacido en Quilmes no llegó a asentarse en ningún club.

Tras una cesión productiva de 2 temporadas en el Atalanta, volvió al Udinese para al año siguiente marcharse a la Sampdoria. De ahí llegó su debut en España, ya que llegó cedido al Mallorca. Fue clave para que el equipo bermellón se quedase en Primera y el club decidió quedárselo en propiedad.

La pasada temporada, tras el descenso del Mallorca a la Liga Adelante, el jugador lograba la carta de libertad y firmaría por el Málaga por tres temporadas.

En esta primera el argentino, quizás contagiado del devenir del equipo en general, está siendo uno de los señalados de la afición blanquiazul. Mucha defensa pero poco toque.