Hace algunas  semanas, Óliver  Torres formó en el equipo titular del Atlético por primera (y única, de momento) vez en la temporada. Por los ensayos que se habían hecho durante la semana, parecía confirmado que eso iba a ser así hasta el punto de que cuenta el propio Óliver que el domingo, día del partido, se despertó con un mensaje de Gabi, que decía algo así como: “Ánimo, chaval, todos estamos contigo”. Ese día, Óliver marcó el 1 a 0 antes de cumplirse el primer minuto de juego.
Gabi desempeña una doble función fundamental en ese EQUIPO (sí, con mayúsculas) que es el Atlético de Simeone. Por una parte, es un excelente capitán; el detalle con Óliver lo deja bien a las claras. Por otro, es la clave de la intensidad y presión asfixiantes que son “marca de la casa” en este equipo.
Años ha, fue una delas joyas de la cantera rojiblanca; de hecho, había reputados analistas deportivos que aseguraban que iba a ser uno de los mejores futbolistas de la historia de este país. Después de un par de años sin oportunidades en el Atlético (compartió vestuario, por cierto, con Simeone, en la segunda etapa del argentino como jugador rojiblanco), fue cedido al Getafe en la temporada 2004/05 y allí, a las órdenes de Schuster, hizo una temporada espectacular. Volvió al Atlético durante dos temporadas pero, probablemente perdido en la mediocridad que era el Atlético aquellos años, nunca dio el nivel que se esperaba de él.
Y, en el verano de 2.007, fue traspasado al Zaragoza, un sitio que parecía nunca abandonaría para volver a un equipo de primer nivel. Pero allí fue madurando, y en los cuatros años que pasó allí, uno en Segunda, se convirtió en el líder y capitán del equipo; hasta el punto de que, en su última temporada en La Romareda, salvó “él solo” al Zaragoza con 10 goles en la temporada.
En el verano de 2011, a muchos nos sorprendió su fichaje por el Atlético. Parecía una nueva “hazaña” de nuestra directiva. Pero, sobre todo, tras la llegada de Simeone, se ha convertido en el “alma” del Atlético. A uno, en muchas cosas, le recuerda al argentino en el campo. Y no sólo por llevar el ‘14’. De hecho, cuentan que, al poco de tratar con él, Simeone le dijo: “Tu eres muy diferente del Gabi que yo conocí hace años”.
Al margen de su comportamiento fuera del campo, también ejerce de capitán dentro. En el terreno de juego roba, lucha hasta la extenuación y trasmite, sobre todo, transmite. Ya he dicho en este portal que el Atlético se transforma en un equipo vulgar cuando baja un par de puntos la intensidad  con que se emplea en el terreno de juego. Y en Simeone, en la banda, y en Gabi, en el terreno de juego, es en quien reside ese espíritu.

Gabi no es bastante más limitado con el balón en los pies de lo que parecía en sus inicios y Arda, Diego Costa, Koke o Courtois son claves en este Atlético pero uno reza cada día para que Gabi no tenga una lesión importante.