No adelanto nada nuevo al reconocer que el Atlético de Madrid es el mejor equipo del arranque de temporada, en toda Europa. Y ni siquiera la baja de Diego Costa impidió que el Atleti ganase ayer en Oporto.
Diego Costa es el hombre de moda del fútbol español, se ha convertido en la estrella de los colchoneros a base de goles y de esfuerzo. Pero para alcanzar ese puesto de privilegio en la delantera del Atleti y ser tema de conversación de cara a su posible convocatoria con la selección española, ha tenido que seguir un camino lleno de dificultades.
Diego llegó muy joven a España para ser cedido sucesivamente a Celta, Albacete y Valladolid (este último en primera en la temporada 2009-10) donde demostró su capacidad goleadora y su agresividad. Tras una breve estancia en el Atlético de Madrid de la temporada 2010-11 (siendo el suplente de Forlán y Agüero).
Uno de sus peores momentos le llegaría en julio de 2011, cuando se lesiona del ligamento cruzado anterior y el menisco de la rodilla derecha.
En el mes de enero de esa misma temporada 2011-12 es decido al Rayo Vallecano, equipo en el que conseguirá por fin, regularidad y goles importantísimos para que el equipo vallecano conserve la categoría. La cara negativa de jugador con carácter fuerte, también se hace patente con el Rayo, y su entrenador, Sandoval, alude a ello de manera jocosa al decir que es un jugador muy regular “5 goles y 5 tarjetas amarillas en los primeros 5 partidos”. De hecho en el derby con el Real Madrid de ese año (0-1 a favor del Real Madrid) el delantero hispano-brasileño ya se había “pegado” en los primeros minutos con dos pesos pesados, Pepe y Sergio Ramos. Eso sí, con la ventaja de no estar tan vigilado por las cámaras como en el Atlético de Madrid.
Diego Costa se ganó a Vallecas con sus 10 goles en 16 partidos, su trabajo, su entrega y su amabilidad con todos los aficionados del Rayo, de la que fui varias veces testigo
Al finalizar la temporada regresa al Atleti, en el que se piensa traspasarlo a otro equipo (sonó el deportivo de la Coruña). Finalmente se queda en el primer equipo y será el año de su consagración en el equipo, quitándole el puesto a Adrián en la delantera rojiblanca.
Los seguidores del Rayo siempre estaremos agradecidos a un jugador que ha encajado de maravilla en la filosofía de Simeone, y le deseamos toda la suerte del mundo en su actual club, y esperemos que a partir del próximo viernes, en la Roja también.