¿Qué es un ídolo? De acuerdo con la RAE, se trata de una persona o cosa amada o admirada con exaltación. Los futbolistas, desde siempre, han despertado este tipo de sentimientos entre los amantes de este deporte. En Colombia, un país que posee una riqueza cultural y gastronómica impresionante, el balompié es una especie de religión que cuenta con sus propios santos o dioses.

A pesar de no haber logrado ganar la Copa del Mundo como sí lo han hecho Brasil, Argentina o Uruguay, en el país cafetero no dejan de alentar a los suyos, aún cuando los resultados no sean los mejores. Durante la década de los 90, de la mano de Francisco Maturana y Hernán Darío Gómez, tras varios años de ausencia, volvieron a un mundial gracias a la aparición de un Dios de melena rubia llamado Carlos Alberto Valderrama.


Un país que pasaba por momentos de zozobra y angustia por cuenta de la violencia encontró en el fútbol la excusa perfecta para escapar, así sea por un momento, de aquella cruel realidad. «El Pibe» no estaba solo, pues lo acompañaron los escuderos perfectos para hacer soñar a los colombianos con los ojos abiertos. Higuita, Leonel y Rincón completaban aquel grupo mágico que en Italia 90 lograron meterse dentro de las 16 mejores selecciones del mundo al conseguir clasificar como mejor tercero, sumando 4 puntos producto de una victoria ante Emiratos Árabes Unidos y un agónico empate ante Alemania.

Lamentablemente, ante Camerún, el sueño se convirtió en pesadilla a raíz de un error del portero René Higuita, quien en su afán por salir jugando terminó perdiendo el balón ante el veterano delantero Roger Milla, quien no dudó en convertir el gol definitivo que significó el adiós de Colombia de la Copa del Mundo. A pesar de la derrota y del desacierto del mítico cancerbero, ellos siguieron siendo los héroes o grandes ídolos del pueblo colombiano.

Colombia vs. Inglaterra: el día que Beckham le pidió la camiseta al 'Pibe'  Valderrama | RPP Noticias

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Por aquel entonces, era muy común ver por las calles de las grandes ciudades del país a niños o incluso a adultos lucir pelucas al mejor estilo de Valderrama, quien, a pesar de haberse retirado hace ya varios años, es considerado por muchos como el futbolista más determinante en toda la historia del balompié nacional cafetero. Él, junto con sus colegas, logró lo nunca visto, que fue la participación en tres mundiales seguidos. Italia 1990, donde fueron sin duda alguna el equipo revelación del torneo, ya que en un principio muchos ni siquiera sabían dónde quedaba Colombia o que en ese país se practicara el fútbol. En Estados Unidos 1994 llegaron con el ‘cartel’ de favoritos, ya que vencieron a la selección Argentina 5-0 en su campo, algo nunca antes visto. Según los expertos, después de esta épica victoria, los dirigidos por Maturana eran casi campeones.

En Francia 1998 fuimos testigos del final de una generación dorada y donde nadie olvidará cómo, tras finalizar el compromiso contra Inglaterra, «el Pibe» intercambiara su camiseta número 10 con un tal David Beckham, quien por aquel entonces era tan solo un joven. Tendrían que pasar 16 años para que otros elegidos tuvieran la oportunidad de participar en un mundial y al igual que el equipo de Valderrama fueran los ídolos de una próxima generación.