Postiga en su presentacion (Marca)

Un 9 sin gol es como el pan sin sal, te lo comes porque no tienes otra cosa que llevarte a la boca. Recuerdo los tiempos en que 2 pases te arreglaban un partido. Valerón al hueco y Makaay a la red, rasita, pegadita al palo, allí dónde los porteros no llegan. A veces, es suficiente con estar en el sitio adecuado en el momento adecuado y poner un pie, una rodilla o el pecho para que el balón entre llorando. El delantero y el fútbol es mucho más que el gol pero, ¡ay señores! cuando el árbitro pita el final son los goles lo que queda.

Helder Postiga llegó al Dépor y se convirtió en titularísimo en unos dias. Siete partidos después, el Dépor sufre en la última plaza con 4 puntosy casualidad o no, el delantero portugués aún no ha recogido el balón del fondo de la portería. No le podemos achacar a Postiga directamente una falta de olfato o de puntería ya que el equipo no ayuda. Pocos balones llegan claros. Los centros de calidad brillan por su ausencia y por ahora, el Dépor no tiene un hombre de último pase claro.
Víctor Fernández lo tiene claro, “somos un equipo en formación” dice “aún quedan muchos ajustes y automatismos que el equipo debe de asimilar”. Y no le falta razón. En Riazor, en cada partido, se ven las conversaciones entre los jugadores. Falta tiempo.
Postiga aún no ha marcado, sin embargo, la garra que ha demostrado en cada partido que ha jugado esconde sobradamente esa carencia. Es el primer defensor del equipo y se desfoga en carreras, en ocasiones quijotescas, y eso demuestra compromiso.
El Dépor vive hora bajas, pero los deportivistas somos una afición orgullosa, con una historia gloriosa bastante reciente y deseamos volver a ver un delantero de esos que hacen que te levantes del asiento porque al fin y al cabo el fútbol sin gol no tiene sentido.