CESPED EUROPEO – La fiesta de los banquillos
A principios de Junio, Beyoncé se apareció de sorpresa en la ceremonia de los Premios CFDA del Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos para aceptar, con un emotivo discurso, el galardón Ícono de la Moda.  Muchos diseñadores, muchas marcas pero el show sin duda se lo robó Beyoncé, quien elogió a los genios de la moda como hadas madrinas, magos, escultores y a veces, hasta terapistas.  «Los exhorto a no olvidar el poder que tienen ni a tomarlo a la ligera» dijo la cantante de 34 años, quien aceptó el premio luciendo un llamativo traje del sastre Givenchy.
Hay cosas que nunca cambian.  El Southampton de nuevo es quien más ha hecho sonar su caja registradora este verano (75.85 millones de Euros) surtiendo a algunos de sus rivales, 4 de los 5 fichajes más caros de esta nueva Premier League los hicieron los clubes de Manchester y varios ilustres como Pogba, Ibrahimovic, Mkhitaryan, Gündogan o Nolito desempolvaron sus pasaportes para irse a trabajar a la tierra de la reina.  Esto se vive cada verano desde que la competencia inglesa se convirtió en el Top of the Pops de la escena futbolera mundial, el certamen que solo convoca a los mejores y al que todos quieren ir, porque allí es donde están la acción y los billetes, no sería especial si no presentara la constelación de entrenadores que ahora tiene y que añaden ese toque de glamour que le faltaba al atractivo torneo.  La verdad es que esto es Hollywood.
Es evidente que la Premier 16-17 empieza con una nómina de jugadores importantes que se ha incrementado notablemente, seducidos por el atractivo de la poderosa liga y un poder económico inflado por la gran inyección económica proveniente del nuevo contrato televisivo pero también, destacan sus entrenadores.  Claudio Ranieri sostiene que será complicado ver a su asombroso Leicester repitiendo título, Mauricio Pochettino trabaja más de 12 horas entre las oficinas del Tottenham y los campos de futbol del norte de Londres, Arsène Wenger ya completa su enésimo curso, Jürgen Klopp no se le ve nada contento por tener los tres primeros partidos fuera de casa, Aitor Karanka quiere dar el zarpazo con su ‘Boro’, Ronald Koeman se desespera porque los fichajes aun no llegan al Everton y Antonio Conte batallará contra la alargada sombra de su antecesor en el Chelsea, el portugués más idolatrado de Stamford Bridge. 
Todos los anteriores nombres son relevantes, pero el coctel no estaría completo si no estuvieran los dos entrenadores más mediáticos y con más renombre del panorama futbolístico mundial: Jose Mourinho y Pep Guardiola.  Los dos hombres que trabajaron juntos en 1996, cuando uno era ayudante del inglés Sir Bobby Robson en la Ciudad Condal y el otro lideraba el conjunto azulgrana con el brazalete de capitán, no sólo coincidirán en la misma competición, sino que compartirán barrio: Mourinho en la parte roja y Guardiola en la azul, de una ciudad con poco más de 500 mil habitantes conocida por su desfavorable clima y convertida en el epicentro del balompié mundial.

No sé cuál entrenador se robara el show pero la Premier League no ha enviado dos equipos a las semifinales de Champions desde el año 2009 y en las últimas siete temporadas, La Liga ha tenido 13 semifinalistas, la Bundesliga 8, la Premier League sólo 4 y creo que el reto es evidente.  Cuatro años después de verse las caras una y otra vez en España, cuando dirigían a Real Madrid y Barcelona, Mourinho y Guardiola volverán a disputar el título liguero y el derby de la ciudad en donde viven.  Sobran motivos para creer que el espectáculo está garantizado. El morbo, también.