Partido duro, complicado a priori el que veía en el horizonte el Granada de Joaquín Caparrós. Con una enorme losa a la espalda reflejada por la increíble racha de 7 jornadas sin vencer (un único empate ante el Eibar en Ipurúa) el conjunto rojiblanco llegaba a Balaídos en plena decadencia, tanto futbolística como psicológica. Enfrente un Celta de Vigo del «Toto» Berizzo que se comía el mundo por victorias, puntos y buen juego.

El partido comenzó algo anárquico, con el Granada poniendo en apuros al Celta e incomodando la salida de balón de los celestes. El Granada salió con la lección bien aprendida y no dejó al Celta la posesión del balón, ni que sus estrellas de la parte ofensiva tuvieran el esférico. En el minuto 12 el Granada tendría su único disparo a puerta de todo el primer tiempo a cargo de Jhon Córdoba. Y a partir de ese momento el Granada fue decayendo y conforme avanzaba el encuentro, los vigueses comenzaban a parecerse a su «yo» positivo. El Celta se apoderó de la bola y Orellana comenzaba a aparecer para mover a su equipo. El Granada sufría por momentos y no llegaba a los balones divididos. Al igual las pérdidas incomprensibles de Iturra en mediocampo suponían claras jugadas de gol del Celta. La providencia salvó a los de Caparrós de llevarse un gol antes del tiempo muerto (concretamente Roberto cometió un error que casi cuesta el gol al no percatarse de la presencia de Orellana).

Llegábamos al descanso sin goles, con un Granada venido a menos, sin el control del balón y jugando un juego áspero (como últimamente) y un sólo tiro a puerta…con eso está todo dicho. El Granada no existía arriba y los presagios no eran buenos….

Sin embargo en el segundo tiempo cambió. Fundamentalmente porque Joaquín Caparrós entró en razón por primera vez desde hace 7 jornadas, y dio entrada a Rchina, Success y Márquez por Córdoba, El Arabi y Sissoko. Con ello el Granada cambió, no radicalmente, pero sí se notó que el equipo jugaba más y lo más importante: llegaba a portería y disparaba (esto aunque parezca algo normal para este equipo se había convertido en una quimera desde hace 7 jornadas). 

De la misma forma el Celta no se amilanó y también se vino arriba. Con el partido roto, Rochina tuvo dos ocasiones inmejorables para adelantar a los nazaríes pero no era su día cara a gol…una pena. Cuando quedaban 15 minutos el Granada perdió de nuevo su hado y comenzó a recular. La tensión se palpaba en el ambiente y los «minutos malditos finales» para el Granada llegaban. El equipo comenzó a sufrir de nuevo y el Celta lanzaba su última ofensiva, comandada por Orellana pero sin recibir el apoyo de Larrivey y Nolito lo suficiente como para perforar la portería rojiblanca….

A falta de 5 minutos Roberto, con una rodilla dañada en un choque con Larrivey en un lance pasado del encuentro, estuvo a punto de dejar a los rojiblancos con uno menos durante ese tiempo más el descuento. Sin embargo vendaron su rodilla y aguantó…menos mal. Minutos después Orellana tenía en sus botas la victoria celtiña pero Roberto prodigiosamente salvó el disparo del chileno…con su rodilla dañada…..top.

Con ello llegó el final del encuentro y un Caparrós que parecía que había ganado la Champions festejaba con rabia el punto logrado en las rías Baixas de Vigo. No obstante el míster parece no ver la realidad. Y es que este Granada necesita gente como Rochina, Márquez…titulares desde el minuto 1.Jugar al fútbol y no especular como siempre. Ahí estuvo la prueba. Esperemos que tome nota para la próxima cita vital ante el Almería….


RESULTADO: Celta de Vigo 0 – Granada 0 
CELTA DE VIGO: Sergio, H. Mallo (Álex López, min. 86), Cabral, S. Gómez (Andreu Fontás, min.73), Jonny, Radoja, Pablo Hernández (Augusto Fernández, min.63), Orellana, Delhi, Nolito y Larrivey.
GRANADA: Roberto; Nyon, Murillo, Babin, Juan Carlos; Foulquier, Fran Rico, Iturra, Sissoko (Javi Márquez, min.69); El Arabi (Success, min.53), Jhon Córdoba (Rochina, min.61).
ÁRBITRO: Estrada Fernández
Fuente fotografías: lfp.es