En el último mes no todo han sido buenas noticias en Chamartín. El “Virus Fifa” ha vuelto a afectar al conjunto de Carlo Ancelotti ya que en el último parón de selecciones pasó lo temible. Luka Modric lesionado de forma grave en el partido Italia-Croacia “arrancamiento proximal del recto femoral” una lesión que se puede alargar hasta los tres meses. Una lesión de por sí ya es una mala noticia, una lesión grave aún más pero una lesión de un jugador clave puede ser un auténtico desastre.
Luka Modric es esa pieza claveen el centro del campo, un centrocampista total con condiciones que lo hacen insustituible. Su buen estado de forma antes de esa inoportuna lesión hace que su ausencia sea más traumática aún. Un problema al que se ha tenido que enfrentar el míster italiano, otro contratiempo del que momentáneamente sale airoso gracias a la plantilla tan profunda con la que cuenta el Real Madrid. La mano izquierda de Carlo en la gestión del vestuario ha hecho que cualquier jugador que se sienta en el banquillo cuando sale al verde pone en aprietos al míster. ¡Benditos aprietos!, y es que los jugadores están tan motivados y con tantas ganas de demostrar que pueden hacerlo igual o mejor que sus compañeros que cuando salen se comen el césped.
Sin ir más lejos y hablando de la lesión de Luka nos encontramos con el caso de Isco. Un jugador que ha pasado en unos meses de ser un posible transferible a un jugador innegociable. Por necesidad con la lesión de Gareth Bale empezó a entrar en la dinámica del equipo, a hacerse un hueco y a brillar. Tanto fue así que se creó un debate tras la recuperación de Bale sobre quien debería ser titular en el cuadro merengue. La confianza de Ancelotti, la dedicación del público y su exquisita calidad hacen de él un jugador importante en este Real Madrid campeón. Tanto es así que Ancelotti no se lo pensó cuando se vio ante la baja del croata y volvió a darle un giro de tuerca a la posición de Isco. Y el malagueño encantado porque como bien declara quiere jugar y no importa en qué posición lo haga. No solo lo dice, lo demuestra con una madurez y un sacrificio que muestra en el campo y fuera de él.
En él está el ejemplo y el reflejo de todo el banquillo. En este Madrid todos rotan y todos dan la talla. Muchas veces hemos visto en el campo a jugadores que no son parte del 11 inicial tipo y que han demostrado su implicación: casos como el de Nacho, Varane, Arbeloa, Illaramendi e incluso el propio Chicharito. Jugadores que siempre que han salido han dado tranquilidad y han cumplido expectativas.
Rotar es una necesidad en equipos como el Real Madrid que aspiran a todos los títulos, que juegan todas las competiciones, que exprimen a sus jugadores. La amplitud de plantilla es una baza fundamental para tener posibilidad de hacerte con uno o más títulos. Las temporadas son largas y las competiciones exigentes y hay que mantener el ritmo competitivo en cada uno de los tramos de estas porque si no te dejan atrás y con un mínimo resbalón es suficiente. Es evidente que los jugadores no pueden estar al 100% en todos los tramos de la competición y es por eso es fundamental tener un recambio de seguridad, de garantía. Ante contratiempos como lesiones o ante necesidades como que los jugadores descansen y no se carguen de minutos, un buen fondo de armario bien gestionado es fundamental.
Lo importante no es tener jugadores de calidad, con un futbol exquisito y con unas condiciones de superclase. Eso es fácil para un equipo como el Real Madrid. Lo importantes es mantener a estos jugadores que no gozan de muchos minutos en guardia, preparados para el combate y motivados. Esto es lo difícil y es un merito únicamente atribuible al míster, a Carlo Ancelotti. Un entrenador que les da confianza y realidad a partes iguales y que procura que los jugadores sepan donde están y para que: están en el equipo más grande del mundo y únicamente para ayudar y sumar porque cualquier día pueden tener su oportunidad.