El fútbol como símbolo de paz y unión es tan fuerte como para destruir rencillas o parar un guerra. Casos conocidos son la Tregua de Navidad en 1914 o Didier Drogba en Costa de Marfil, pero…. ¿Y EL SANTOS DE PELÉ?
En los años 60′, Santos con su paso arrollador y un Pelé superlativo al mando, se apuntaba como uno de los mejores equipos de la época. El club paulista, consiente de su gran fama, planeaba diversas giras por el mundo para que así otros pudieran admirar su mítico «Jogo Bonito».
La cosa es que el lunes 13 de enero de 1969, el Peixe decidió embarcarse para llevar su magia a lugares un poco menos conocidos. Una gira que tenia pinta de ser la más larga, polémica y fascinante de todas las echas en aquel gran continente polémico y fascinante: África.Es por ello que partieron de Rio de Janeiro con destino a Dakar para luego transitar por el Congo, Nigeria, Mozambique, Ghana y Argelia. Siendo el punto de unión a la África profunda, la gran Kinshasa (capital del Congo) en el mismísimo avión presidencial soviético.
La razón de lo ultimo es simple: Marien Ngouabi, cuarto presidente del Congo Francés, había instaurado un régimen comunista (El primero en África) tras haber subido al poder por medio de un Golpe de Estado. El país aun se hallaba en ruinas. Y bueno, entre comunistas se ayudaban.
La cosa es que Ngouabi fue el gestor de la llegada de este legendario equipo para reforzar la identidad nacional de su país a través del deporte. Y de paso, darle algo de popularidad a su régimen, en medio de una creciente tensión social que asolaba dichos lares.
Para llegar a Brazzaville, el lugar de partida programado, Santos cruzó Kinshasa, la capital del otro Congo. Pero, no había condiciones para que el viaje ocurriera sin problemas. Para ello, se requería un gran atractivo popular. Y el Santos de Pelé , si que lo era. Desde el momento del alto al fuego temporal, Santos estuvo escoltado y muy bien cuidado por los militares. El primer duelo, Santos ganó 3-2 a la selección nacional del Congo, luego de ir abajo 2-0 al descanso. Aquel partido se estima que fue presenciado por ¡¡90000 personas!!.
Como anécdota de aquel partido, el árbitro detiene el juego tras ver a Pelé tirado en el suelo. A lo que recibe una misiva desde las gradas: «Santos de Pelé está aquí para dar un espectáculo. Yo, Ngouabi, estoy aquí para verlo. Si no aplicas las reglas del juego, vas preso” Y bien, siguiendo con el tema, Dos días después del primer juego, Santos ganó nuevamente, esta vez al equipo «B» del Congo por 2-0. Luego se enfrentó nuevamente al equipo local «A», sin embargo, agotados por el viaje y la seguidilla, los paulistas fueron derrotados por 3-2.
Este último resultado generó una gran fiesta, siendo nombrado por varios años como “Día Nacional del Deporte”. Sin embargo, a pocos días de haberse marchado el Peixe, volvió la tensión social. Ngouabi, sufriría sucesivos intentos de Golpe de Estado, hasta su asesinato en 1977. Siguiendo en el mismo año, tocaba viajar a un lugar en medio de balas y hambre: Nigeria. En 1967, el país occidental enfrentaba a su ejército y a los rebeldes del sureste, que querían la independizar sus provincias para formar la República de Biafra. Una cruenta Guerra Civil. Este conflicto, respaldado por la Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, contribuyó significativamente al aumento del hambre y la miseria en el país. Se calcula que esa masacre dejó algo de 4 millones de muertos, entre violencia y hambre, más 6 millones de desplazados. Entre poderosos intereses económicos, una gran crisis humanitaria y acusaciones de genocidio contra el pueblo Igbo, la delegación de Santos pisó Nigeria para jugar dos amistosos contra su selección. A pesar de no estar en el plan inicial, la gran suma monetaria pudo más.
Al régimen dominante solo le interesaba transmitir sensación de paz y que todo estaba bajo control de la autoridades. Para esto, el líder Yakubu Gowon tuvo que desembolsar unos 30 mil dólares, cifra exorbitante que bien pudo gastarse para combatir el hambre, pero bueno…Seguimos con lo del Santos y el llamado por los medios nigerianos como “El espectáculo más grande de la historia”. Siendo el 26 de enero de 1969, cuando Pelé y compañía empataron 2-2 con el cuadro de las «Águilas Verdes». Ninguno venció, todos contentos.
Sin embargo, la gente nigeriana, sobre todo las autoridades, se habían quedado con la miel en los labios, y es por ello que pidieron el regreso del aclamado Peixe. Y lo lograron, luego de otra suma monetaria exorbitante para cambiar el itinerario paulista, suma que bien pudo… El juego se jugaría en Benín, el lugar más afectado por el conflicto civil. El 4 de febrero, con un aforo estimado de 25 mil personas, Santos ganó por 2-1, en un duelo que simbolizo un paro corto pero necesario de un baño de sangre que acabaría un año más tarde.
Aunque los historiadores insisten en desmentir tal “tregua”, lo que sí es cierto es que el Santos de Pelé cambió los sonidos de las balas por los de los goles. Un pequeño oasis de paz en medio de un mar de terror. Creo que mentí un poquito con la intro, les mando un abrazo.