Está claro que no existe un equipo que le caiga bien a todo el mundo. Ya sea por cercanía, por un título arrebatado, o simplemente un instinto irracional, siempre habrá alguien que tendrá tirria a cualquier club. Sin embargo, no se puede negar que hay equipos que generan mas simpatía que otros, y el Cádiz es uno de esos equipos. Principalmente por su alegre afición que a pesar de ver como su equipo apenas ha disputado 12 temporadas en Primera y que en los últimos años se ha visto mas en la divisón de bronce que en la de plata, se ha mantenido fiel a sus colores. A pesar de que las últimas décadas han sido duras para el aficionado gaditano, hace diez años la Tacita de Plata tuvo un gran momento de celebración cuando su equipo logró el ascenso a Primera División venciendo a su eterno rival el Xerez en la última jornada de competición. Si la euforia de estar entre los 20 mejores del país no era suficiente, el destino quiso que el primer partido del Cádiz en el Carranza y en el campeonato liguero, sería ante el Real Madrid.
Sin duda el partido resultaba de los mas interesante. No solo por el regreso del Cádiz a Primera sino como el Madrid afrontaría este inicio de campeonato en el que los merengues intentarían acabar con su racha de dos años en blanco (racha que no se cortaría esa temporada y que además provocaría la dimisión de Florentino Pérez antes del final de temporada). Manteniendo prácticamente el bloque con el que subió, el Cádiz se colocó frente a Casillas, Beckham, Zidane, Ronaldo, Raúl y el resto del elenco madridista, dispuesto a plantar cara y espoleado por su afición, pero el encuentro se puso cuesta arriba desde el comienzo. A los cuatro minutos de encuentro un gran disparo de Ronaldo precedido de un control de espaldas a la portería adelantó a los visitantes. Sin duda el Cádiz se enfrentaba al peor panorama posible y la duda era ver si conseguiría cambiar la situación. Probablemente fue el propio Madrid el que le dio alas al equipo de casa, que en vez de matar a su rival en el momento mas delicado. El Madrid mostraría el mal juego que le acompañaría durante toda la temporada, y tras reponerse del shock inicial, el Cádiz se iría yendo arriba poco a poco. Oli pudó empatar el partido hasta en tres ocasiones antes de llegar al descanso frente a una débil defensa del Madrid pero ante un gran portero como era Casillas. Si el Cádiz se había visto reforzado en el final del primer tiempo, el descanso les permitió salir todavía mas fuertes en la reanudación, y Pavoni lograría el primer tanto del Cádiz en su regreso a Primera al poco de iniciarse los segundos cuarenta y cinco minutos.
Como ya hemos visto en infinidad de ocasiones es el momento en el que al equipo grande le entran los sudores. Como un alumno de secundaria cuando se da cuenta que debía haber estudiado para el examen, el Madrid fue a por el 1-2 con mas ganas que fútbol. Sin embargo, la solución no iba a estar en el campo, sino en el banquillo (dirigido por aquel entonces por Vanderlei Luxemburgo). Robinho, el nuevo galáctico de Florentino, hacía su debut en la Liga española sustituyendo a Gravesen, dejando 25 minutos de fútbol que hoy en día todavía se recuerdan. Sombreros, taconazos, bicicletas,…Robinho parecía esa noche un futbolista de dibujos animados, y eso fue demasiado para un Cádiz que ya había empezado a recular pensando en el sabroso empate. Finalmente en una combinación de los tres jugadores de arriba, el Madrid lograría el 1-2 final en las botas de su capitán, Raúl González, a pase de Ronaldo. Poco mas de 10 años después de este partido, el Carranza volverá a ver este miércoles un duelo entre estos dos equipos, con una situación mas o menos similar a la vista ese día. Un Madrid lleno de estrellas pero a la sombra de un Barcelona imparable, tendrá que verse las caras con un Cádiz que querrá demostrar que no solo los títulos hacen grande un club. Sin duda, será un bonito duelo de Copa.
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